Cuida tu piel según tu edad

Nuestra piel es un órgano vivo que pasa por cambios a lo largo de nuestras vidas. Cada etapa tiene sus necesidades específicas, por lo que el cuidado de la piel debe reflejar esas necesidades cambiantes. Por eso, es importante elegir los productos apropiados para limpiar, proteger y reparar nuestra piel en cada etapa de nuestras vidas, para que nuestra piel se vea y se sienta saludable y natural, independientemente de nuestra edad. En esta comparativa, te hablaremos sobre nuestra piel en cada una de las etapas de nuestra vida, con un enfoque en la adolescencia y en la adultez.

Imperfecciones en la piel del bebé

La piel del bebé es mucho más delgada que la piel de un adulto, por lo que es especialmente delicada y sensible. Las células están menos compactas, las glándulas de sudor y de cebo son menos activas por lo que la barrera de la piel es menos resistente, sensible a cualquier tipo de agente químico, propensa a la resequedad y sensible a los rayos ultravioleta. Es importante entonces que a los bebés se les dé un cuidado especial que cumpla con las necesidades de su piel.

 

Cuidado de la piel del bebé en niños de 0 a 36 meses

Imperfecciones en la piel de los niños

La piel de los niños a los cuatro años todavía es delgada y tiene menos pigmentación que la piel de un adulto. Cómo estos mecanismos de autoprotección no están tan desarrollados, la piel de los niños también es muy sensible a la radiación ultravioleta. Es importante tener un cuidado más especial con la piel de estas edades, pero poco a poco, la piel comienza a desarrollarse, ya que a los doce años, la estructura y función de la piel de un niño ya corresponden a la de un adulto.

Imperfecciones en la piel de los adolescentes

La piel a esta edad ya está completamente desarrollada, pero los cambios hormonales de la pubertad pueden tener efectos dramáticos en la piel, en especial en nuestra cara, hombros, pecho y espalda. Lo que sucede es que hay un incremento en la producción del sebo y la alteración de los corneocitos – las glándulas llenas de queratina – puede dar lugar a que la piel se convierta en grasa y sea propensa al acné y a los puntos negros.

Estos cambios que ocurren en nuestro cuerpo hacen que sea necesario adoptar una rutina con productos adaptados a nuestra edad y nuestro tipo de piel para que la piel se mantenga hidratada y que tenga una regulación de sebo adecuada. Esto incluye algún limpiador, crema hidratante, y bloqueador solar, que es muy importante para proteger nuestra piel contra los rayos ultravioleta. Esta rutina nos ayudará a limpiar todas las impurezas y podremos mantener nuestra piel en un estado sano. Esto también nos ayudará a lucir una piel saludable y firme en la edad adulta. A medida que el adolescente madura, esto desaparece, pero hay algunos casos, especialmente en mujeres, donde el acné puede persistir hasta la edad mediana.

 

EL CUIDADO DE LA PIEL EN TEENS - Blog

 

Imperfecciones en la piel en la década de los veinte y treinta

La genética, el estilo de vida y el medio ambiente determinarán la etapa en la cual nuestra piel empieza a adelgazarse, pero es común que a los veinticinco años de edad aparezcan los primeros signos de envejecimiento. Cuando esto sucede, la función de la piel de barrera y su protección natural contra la radiación ultravioleta también se reduce, por lo que hay que tener un cuidado específico contra ello. A lo largo de estos años la función de barrera de la piel se debilita cada vez más. Los procesos metabólicos de nuestras células comienzan a disminuir por lo que se reduce la humedad y elasticidad de nuestra piel.

Imperfecciones en la piel durante la década de los cuarenta hasta finales de la década de los cincuenta

Durante las siguientes décadas la estructura de nuestra piel va cambiando gradualmente. En la epidermis, se van formando menos células, las células ya existentes se encogen, y las capas superiores de la piel se adelgazan. Esto puede causar sequedad, la aparición de manchas de edad – o zonas de hiperpigmentación – y el deterioro de la cicatrización de heridas. En la dermis, los tejidos pierden su estructura fibrosa y su capacidad de retener agua, por lo que se reduce la resistencia y elasticidad de la piel y aparecen más arrugas.

También podemos observar la disminución gradual de los vasos sanguíneos de nuestra dermis. La dermis le proporciona nutrientes a la epidermis, así que las conexiones entre ambas capas se vuelven más delgadas, resultando en la pérdida de firmeza y luminosidad de nuestra piel. Finalmente, la hipodermis – la capa más profunda de tejido graso – también se reduce, y resulta en la pérdida de volumen y densidad de nuestra piel.

 

Ojo! Use ácido hialurónico para que su piel envejezca mejor | El Nuevo Siglo

Imperfecciones en la piel durante las décadas de los sesenta y setenta

En esta etapa de la vida, la capacidad natural de la piel para producir lípidos – el material de relleno entre las células – disminuye, por lo que nuestra piel se vuelve más deshidratada, más seca y nos aparecen más arrugas. Además, la regeneración de nuestra piel se ralentiza. Desde finales de la década de los setenta en adelante, la función inmunitaria de la piel se reduce, haciendo que seamos más vulnerables a infecciones.

Esperamos que esta información te haya servido para aprender más sobre nuestra piel. En Rebecana te recordamos que la limpieza diaria y el cuidado de la piel con productos específicos para las necesidades de nuestra piel en la edad que sea, son factores que contribuyen a la salud de nuestra piel, y pueden ayudarte a retrasar el envejecimiento prematuro. Te damos la bienvenida si alguna vez necesitas hacerte un facial o comprar los productos ideales para tu edad y tu piel.