Controla las quejas

 

Cuando las cosas cambian, podemos sentirnos nerviosos o inconformes con lo nuevo. Y es parte de la naturaleza humana  manifestar esas emociones, sentimientos y pensamientos. Sin embargo, es posible que esa expresión de sentimientos se convierta en quejas. Lo que es todavía peor, puede ser que quejarnos se convierta en una costumbre que nos resulte normal. Es aquí cuando llega lo malo a nuestra vida.

 

Las quejas consisten en expresar desacuerdo con alguna situación o persona. El principal sentimiento que está detrás de ellas es la rabia o el enojo. Sentimos que la situación en la que estamos no es justa o no logramos conseguir aquello que queremos. Pero quejarnos constantemente puede convertirse en un hábito tóxico. Es por eso que debemos evitarlo a toda costa.

 

 

Quejas diarias

 

¿Qué pasa cuando quejarse se convierte en costumbre? Vivir en una queja permanente no nos permite ver más allá. Nuestra atención y  pensamiento siempre está enfocado en lo negativo del mundo y de los demás. Incluso cuando ha dejado de afectarnos personalmente. Además, cuando nos quejamos, la línea entre la expresión de nuestros sentimientos y lo irracional se va borrando.

 

Cuando quejarnos se convierte en costumbre, todo lo negativo se acumula sobre nosotros. Ya no podemos verle el lado bueno a las cosas y no le encontramos solución a los problemas. Nuestra vida se convierte en un ciclo de negatividad del que es difícil salir. 

 

 

Quejosos

 

¿Qué pasa cuando estoy rodeado de personas que solo se quejan? Estar rodeado de personas que se quejan de todo lo que les rodea también llena nuestra vida de negatividad. Formar parte de ese entorno hace que dejemos a un lado lo positivo de la vida. Nos olvidamos de la vitalidad y la importancia de cada suceso de nuestras vidas. Es como si una nube negra caminara sobre nosotros todo el tiempo.

 

Conforme pasa el tiempo, los quejosos a nuestro alrededor nos convencerán. Escucharemos tantas quejas que pensaremos que el mundo es un hoyo negro que no tiene salida ni solución.

 

 

¿Qué hacer?

 

Primero, lo que debemos hacer es recordar que la vida es un regalo que debemos aprovechar. Es cierto que el dolor y la inconformidad llegarán a nuestras vidas de vez en cuando, pero quejarnos no es la solución. Todo es un tema de actitud.

 

Cuando nos suceden cosas malas, no debemos quejarnos. Lo que debemos hacer es procurar salir de la situación rápidamente. No se trata de negar aquello de nos ocurre. En cambio, se trata de recordar que vivimos en el presente y tenemos el poder de mejorar nuestro futuro.

 

También es normal que consideres que expresar tu opinión será de ayuda, pero es mejor decir algo solo si es 100% positivo. Para poder asegurarnos de esto, trata de preguntarte a ti mismo:

 

– ¿Esto que diré ayudará a los demás?

– ¿Ayudará a llegar a una solución?

– ¿Es algo obvio o evidente?

– ¿Cómo me hace sentir decir esto?

 

 

Ver más allá

 

Otra cosa que hay que tener en cuenta son nuestras acciones. Si una situación incómoda se presenta en nuestras vidas, lo primero es reconocerla. No permitas que tus sentimientos se conviertan en ira. Tampoco permitas que quejarte sobre la situación se convierta en una costumbre en tu día a día. Las quejas bloquean tu mente y tu vista y no permiten que veas más allá de las situaciones negativas.

 

En cambio, observa aquello que te molesta y que genera una queja y transfórmalo. Estos sentimientos pueden servir de motivación para cambiar las cosas que no nos gustan. Pueden convertirse en tu motor para encontrar una solución y mejorar tu situación.

 

Entonces, deja de envenenar tu corazón con quejas y no dejes que las quejas de los demás lo hagan tampoco. Es decir, si tu círculo cercano está lleno de quejosos, aléjate de ellos. Toma consciencia de los sentimientos que tienes y procura no quejarte más. Ve más allá y, día a día, las quejas y los sentimientos negativos irán disminuyendo.

 

 

Nuestro consejo

 

Disfruta de las cosas positivas de la vida y de aquello que te hace feliz. De esa forma podrás librarte de las quejas y de los quejosos que nublan tu visión de la vida. Si quieres disfrutar tu propio espacio libre de quejas y quejosos, entonces ven a Rebecana y escápate de la toxicicidad. Recuerda que las quejas, también dañan tu look y belleza, así que mejor déjate consentir.